Piensa en un equipo de fútbol. Cada jugador tiene un papel específico y sabe dónde deben estar en el campo y qué se espera de ellos. El portero no intentará marcar goles, y los delanteros no se quedarán atrás para defender. De la misma manera, en una ONG, cada departamento tiene su propio papel y debería saber cómo ese papel contribuye a los objetivos generales de la organización.

La mayoría de las organizaciones, especialmente las ONGs, son pequeñas y medianas.

Esto significa que a menudo no tienen una estructura organizativa bien definida. Sin embargo, la estructura organizativa es esencial para el éxito de cualquier organización.

La Estructura Organizativa en Pequeñas y Medianas ONG

En pequeñas y medianas ONGs, la dirección suele encargarse de la gestión del personal, mientras que el área técnica debe estar al tanto de la legislación y lo que puede o no hacerse. El área de comunicación se encarga de captar fondos, y la administración se encarga de fidelizar las donaciones para mantener a los padrinos y socios.

Sin embargo, esta organización puede generar problemas. Muchas veces no está claro cuáles son las funciones de cada área, quién es responsable de qué, y qué es prioritario. Esto puede llevar a problemas de comunicación y falta de eficiencia.

¿Falta de organización o falta de comunicación?

Imagina una ONG que trabaja para proporcionar agua limpia en regiones empobrecidas. Sin una estructura organizativa sólida, los esfuerzos de la organización pueden dispersarse. Un departamento puede estar trabajando en la instalación de pozos de agua, mientras que otro podría estar buscando fondos para filtros de agua, sin saber que la organización ya tiene un exceso de filtros porque un tercer departamento había obtenido una donación masiva. Con una estructura organizativa clara y eficaz, estos departamentos podrían coordinarse mejor para maximizar la eficacia de su trabajo.

El Papel de los Objetivos en la Estructura Organizativa

Los objetivos de una organización son esenciales para su éxito, pero a menudo no se traducen en los departamentos.

Los objetivos son lo que la organización planea lograr, y para ello se crean estrategias. Las tácticas son las formas en que ejecutamos las estrategias, y las acciones son el desglose de las tácticas. Los indicadores, aunque asignados a cada acción, miden el logro de un objetivo.

Para evitar los problemas que pueden surgir de una estructura organizativa poco clara, es esencial alinear los objetivos de la organización con los departamentos.

Cada departamento debe ser responsable de pensar en estrategias, tácticas y acciones para cumplir con los objetivos de la organización dentro de sus competencias departamentales.

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Una estructura organizativa clara y bien definida, junto con la alineación de los objetivos de la organización con los departamentos, es esencial para el éxito de las ONGs.

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